Más de 25 estudiantes de periodismo y ciencias de la comunicación del Centro Universitario de Suroccidente, Mazatenango Suchitepéquez. Nos trasladamos a la Ciudad Capital para el pasado 11 de octubre para tener un acercamiento con obras artísticas.
Motivados con el curso de Semiología del Mensaje Estético, impartido por la licenciada Patricia Galicia Muñoz, nos llevó a presenciar la exposición de un guatemalteco, llamado Fernando Iturbide.
Rápidamente nos ubicado en la sexta avenida del centro histórico de la capital guatemalteca, en el edificio donde en los años 80´s albergo a la embajada española y posteriormente el cine Lux, esos salones sin lugar a dudas, cuentas miles de historias.
Para entrar a ese lugar hay que subir cuatro series de gradas, las cuales lo trasladan a uno a un mundo mágico, lleno de vida, de colores armoniosos, que lo hacen a uno sentirse en paz.
La verdad al principio del curso, sabía poco de arte. Pero con el trascurso de las clases mi motivación fue creciendo y sentí una fuerte necesidad de investigar más de lo que los libros dicen.
Con la exposición “viva veliz” fue como tocar el cielo, sentí y descifré según mi perfectiva, cada mensaje, cada código que Iturbide plasmó en sus pinturas.La exposición no conserva un orden cronológico de la obra pictórica de Fernando Iturbide, curado para esta puesta en escena por Proyectos Ultravioleta. Pero, para un tipo nostálgico como yo, una melodía de fondo y algunas palabras claves son la fórmula de la melancolía.
Vida, Meditaciones, Ternura y La Nueva Era, son palabras con las que Nacho, tituló las obras que mi inconsciente ordenó para recorrer el pasillo trascendental de la exposición. Porque una me lleva a la otra pero ninguna se queda atrás. Ciclos y cuadros que celebran su propia vida ilustrándolos.
Las telas que se ubican en otra de las salas son para mí, trazos, huellas, transcursos. Porque el arte, como la vida, muchas veces no es el resultado, es el proceso. No es una interpretación ni un 'modus vivendi' definido, es muchas interpretaciones implícitas que cada espectador toma. La pintura y la vida, los colores y las decisiones.
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