jueves, 27 de junio de 2013

Mirá cómo sangra

Por: Luis Villagrán.

Para J. Reyes.

Todo es la ciudad y sus escarabajos muertos. Digamos que el viaje más largo es aquel donde las luces no despiertan a la gente. Toda esa oscuridad planteada. Todas esas paredes pintadas de humo negro son un espejo. 

Y las calles nunca están limpias. 

Nunca.

De vez en cuando el latigazo se deja sentir: se revientan los tímpanos de la posmodernidad. Afuera corre la sangre. La sangre evaporizada. La sangre absorvida por el tragante.


Y los periódicos siempre incoherentes.

Valen más las páginas en blanco.

Los gusanos de la tierra.

El niño granada de fragmentación.

Es la naturaleza, digamos. 

La cuestión es, que todos estamos ahí para observar por las ventanas de los buses con exactitud desde las seis de la mañana hasta las nueve de la noche.

Después hay que llegar a casa y aburrirse. Encerrarse tras alambre espigado.  Ver la novela o la serie de moda. O simplemente ver la tele.

Así es más o menos todo, creo.

Por eso, mirá cómo sangra.

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