miércoles, 29 de mayo de 2013

La fragilidad de nuestra Guatemala

Por: Rodrigo Méndez.
 
"Sin embargo, el gobierno central debe analizar y examinar cada zona de riesgo de todos los rincones del país, ya que la prevención es la mejor arma contra este tipo de fenómenos atmosféricos". 

Estamos a las puertas de una nueva temporada de lluvias, tormentas y huracanes en el país. Con esto también vienen infinidad de problemas y formas de sufrir para la sociedad guatemalteca.

La lluvia de por sí es una bendición de Dios, que ayuda a que todo se ponga nuevamente verde y que de la tierra vuelva a producirle a los campesinos el agua y los nutrientes necesarios para que crezca la semilla del maíz.Sin embargo también con la venida de las primeras lluvias, se empiezan a escuchar las primeras tragedias por derrumbes, deslaves y ríos desbordados sobre casas.

Los antecedentes por problemas con los aguaceros en Guatemala nos llevan a un 22 de octubre de 1998, cuando ingresó a Centroamérica el huracán Mitch, considerado uno de los ciclones clase 5 más mortíferos de toda la historia, pues en Guatemala dejó un promedio de 300 fallecidos. Sin embargo en el resto de Centroamérica fueron más de 11 mil muertos y 8 mil desaparecidos.

En 2005, el huracán Stan entró al país un 14 de octubre, dejando tras sus 10 días de paso mucha destrucción en municipios de San Marcos, Sololá y Mazatenango. Lastimosamente hubo 1500 personas fallecidas y unos 3 mil desaparecidos.

El último estrago que vivió el país de gran trascendencia, fue la tormenta tropical Aghata, que en mayo de 2010 se conjugó con la erupción del volcán de Pacaya, haciendo que se paralizará el país por la excesiva lluvia y ceniza, en este ocasión se lamentó el fallecimiento del periodista Anibal Archila.

La alerta por problemas atmosféricos vuelve a sonar en Guatemala este 30 de mayo de 2013, debido a la aparición ayer en cuestión de horas de la primera depresión tropical, llamada: 2-E.

Las fuertes lluvias ya se hicieron presentes en municipios del suroccidente y altiplano del país y en otros países como El Salvador y Honduras.

El personal del Insivumeh y Conred decretaron alerta amarilla debido a que la depresión tropical está presentando similitudes características a lo ocurrido cuando entro al país el huracán Mitch. Por su parte el Ministerio de Comunicaciones dijo que tiene destinado 200 millones de quetzales para este tipo de emergencias.

Sin embargo, el gobierno central debe analizar y examinar cada zona de riesgo de todos los rincones del país, ya que la prevención es la mejor arma contra este tipo de fenómenos atmosféricos.

Pensar que nuestra propia vida está en juego y que también nuestra familia puede sufrir si no se atiende a un llamado de desalojo o advertencia.

Este año se volverá a poner en tela de juicio las acciones del gobierno y todos nos queda solo encomendarnos a Dios, para que no nos toque sufrir en carne propia una tragedia por las lluvias.

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