viernes, 18 de octubre de 2013

Gustavo Vicente, graffiti barrio


Por: Natali Barrios.

El término se deriva del griego “graphein” que significa escribir; es el plural de “graffito”, y significa escribir o dibujar en una pared, muro o cualquier superficie plana. Puede ser una simple marca, o bien una colorida e intricada obra de arte. Estos dibujos pueden ser creados por un amplio número de razones, puede ser el deseo por la aprobación y apreciación del público, por la necesidad de expresar un sentimiento original del artista.

A pesar que el graffiti en espacios públicos es considerado como ilegal, en Guatemala, muchos “murales” son vistos en paredes públicas y privadas, en vagones de trenes. Al observar las imágenes pintadas en esas grandes extensiones, nos damos cuenta que los autores buscan siempre transmitir mensajes estéticos, políticos, religiosos, ideológicos, entre otros; es ahí donde me doy cuenta que el graffiti también puede ser una forma de arte y de expresión personal que aunque es prohibido, no necesariamente tiene que ser considerado como vandalismo.

Gustavo Vicente, conocido como “El Pana”, es un joven universitario de 23 años que se dedica a realizar graffiti, indicó que él desde pequeño sentía pasión por los dibujo, pero conoció la técnica del grafiti hasta los 14 años cuando viajaba a la ciudad capital a visitar a sus familiares, después ya a los 16 empezó a hacer letras de graffiti.

Lo que le motiva a pintar en las calles es la sensación de sentir que lo que desea expresar puede llegar a más personas, es decir que pintando un cuadro para una casa o en un centro cultural, él se siente libre, sin barreras para pronunciarse.

Un fuerte número de personas definen este arte como “vandalismo artístico”, porque usan paredes o superficies públicas o privadas. Pero existe también otro grupo que lo acepta y lo admiramos, aquí me incluyo, porque considero que hay que reconocer que en cada obra utilizan un gran nivel de técnicas y paciencia para ser lograda. En particular considero que el Gaffiti es una forma de arte contemporáneo,

Al consultarle a “El Pana”, su opinión sobre lo que piensa la sociedad de ellos, el asegura que eso pasa en todas las sociedades, incluso en los países “desarrollados”, pero más que todo esas opiniones negativas refleja el miedo de las personas a encontrarse o comprender otras formas de pensar y manifestarse. Además en nuestro país -Guatemala- el graffiti ha sido considerado negativamente por las pintas de las pandillas, pero esto nada tiene que ver con el arte graffitero, por las grandes diferencias, por ejemplo en el graffiti se usan muchos colores vivos y transmiten valores como el respeto, la paz, la convivencia sana, entre otros, mientras que las pintas de “pandillas” por lo general solo usan colores oscuros y opacos.

Gustavo ha compartido su espíritu positivo a través de murales en varios puntos del país, la capital, Cobán, Xela, Atitlán, Coatepeque, San Marcos, Palín, en Retalhuleu, especialmente en la aldea donde reside que se llama Sibaná.


En Guatemala existen distintos tipos de grafiteros, están los que pintan solo con latas de aerosol y otros que mezclan distintos tipos de técnicas como es el caso de “El Pana”. Además existen grafiteros que son influenciados por distintas corrientes como el Rock, el Skate, entre otros, a nuestro artista lo que le acercó al grafiti fue su cultura de Hip Hop por medio de la música rap. En cuanto a la forma de vestir de los artistas de grafiti todos tienen estilos muy variados, así como sus personalidades.

Lo que realmente le satisface a este tipo de artistas es el momento de compartir con sus colegas, con quienes rápidamente enlazan una amistad porque se sienten identificados. Además les agrada que las personas se acerquen a ver como pintan, que se introduzcan en ese mundo, y finalmente ayuden a realizar la obra.

El Pana dice que lo mejor de todo es que durante el proceso están muy entretenidos haciendo los detalles de la “pieza” y cuándo la terminan se alejan para ver cómo quedó y sienten una satisfacción de bienestar muy grande al ver una obra terminada, es alucinante, concluye.

Ahora ya sabemos el valor de estas estupendas obras, llenas de códigos, mensajes y realidades sociales, por lo consiguiente hay que reconocer y apreciar estos bellos murales que de forma gratis observamos en diferentes sectores del país.



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