miércoles, 5 de junio de 2013

Un año después: Pacto Hambre Cero, estancado

Por: Gustavo Vicente.

"...me parece bastante obvio que el Pacto Hambre Cero sólo es una estrategia de relaciones públicas que el Gobierno patriota utiliza para aparentar que sí hace algo a favor de la población..."

En febrero de 2012 el gobierno del Presidente Otto Pérez Molina presentó el llamado Pacto Hambre Cero el cual consiste en un plan diseñado para combatir el hambre en Guatemala. En un principio la estrategia del presidente Otto Pérez se caracterizó por contar con un objetivo ambicioso: Reducir la desnutrición crónica un 10 por ciento en cuatro años. Sin embargo, estando a poco más de un año desde que el proyecto “inició” aún no se ven indicios de mejora alguna, es más, del presupuesto total asignado sólo se ha ejecutado un 20 por ciento mientras que la población sigue en espera de soluciones a sus problemas. El objetivo principal de la propuesta del gobierno de Pérez Molina supone que para 2015 Guatemala saldría del quinto lugar del mundo en el ranking de países con mayor número de habitantes desnutridos. Para un país donde, según el último estudio del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), la mitad de la población sufre de desnutrición crónica esta es una meta considerable que de cumplirse beneficiaría especialmente a aquellas personas que viven en condiciones de pobreza y pobreza extrema.

El plan Hambre Cero se lanzó en febrero de 2012 en San Juan Atitán, Huehuetenango, municipio donde el 91.4% de la niñez sufre desnutrición, de los cuales el dos por ciento es aguda. La propuesta fue presentada como el método infalible del Gobierno patriota para combatir la hambruna en el país.

En total, el pacto abarca 17 instituciones del Estado y cuenta con 10 acciones contra el hambre crónica y tres acciones contra el hambre estacional. Según la Secretaría de Seguridad Alimentaria y Nutricional (SESAN) para llevar a cabo tan ambicioso proyecto el gobierno ha designado un presupuesto que redunda en los Q7mil millones de quetzales. Sin embargo, el Ministerio de Finanzas (Minfin) señala que el Pacto Hambre Cero cuenta con Q3,079,809,890, casi un 60 por ciento menos de lo que SESAN dice que el gobierno está invirtiendo para cumplir su meta.

A decir verdad desde que el plan de Pérez Molina fue inaugurado presentó deficiencias, como por ejemplo que los meses pasan y las acciones del Pacto aún no terminan de arrancar, pero uno de sus mayores desaciertos ha sido la falta de ejecución presupuestaria pues para inicios de mayo del presente año las instituciones a cargo de los programas solo han ejecutado un 20 por ciento del total programado. Es decir que el 80 por ciento todavía no ha sido utilizado para poner en marcha las acciones orientadas a disminuir el hambre.

Ante este panorama me parece bastante obvio que el Pacto Hambre Cero sólo es una estrategia de relaciones públicas que el Gobierno patriota utiliza para aparentar que sí hace algo a favor de la población, esta es una argucia más para “taparle el ojo al macho” como decimos en el lenguaje popular. El tiempo pasa y los fondos destinados a combatir el hambre en el país descansan en las arcas nacionales. Si las cosas siguen así no es muy difícil imaginar en las bolsas de quien terminarán los recursos que no hayan sido utilizados cuando llegue el 2015.

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