jueves, 9 de mayo de 2013

Regalo eterno

Por: Natali Barrios. 

"...usted debe sentirse orgulloso de esa mujer que le brindó su amor cuando usted más lo necesitó".

Cuando estamos pequeños creemos que mamá todo lo puede, que no siente cansancio, que no sufre, esa imagen que guardamos de ella con el tiempo no coincide con la que vemos cuando pasan los años.  Entonces descubrimos que ella  también sufre, se cansa, está triste, no tiene fuerza, calla ocultando el dolor.

Creemos que  ella es una heroína que logra sobrevivir a grandes tragedias, llevarnos de la mano conteniéndonos y mostrándonos la vida siempre del lado más bello.   Así como nosotros necesitamos tantas veces de la protección de esos brazos fuertes, de la comprensión de nuestros gestos o de nuestros silencios, de nuestro dolor,  ella también nos necesita.
Por eso quienes tenemos la dicha de tenerla,  debemos observarla y abrazarla, hacer que sienta que estamos allí, demostrándole lo importante que es.  De esta forma regresaremos a ella el más hermoso sentimiento de amor, que nos enseñó, el sentimiento que lleva paz y tranquilidad en los momentos difíciles de la vida y no sólo se lo tenemos que  demostrar en el  mes de mayo, sino  que  durante  toda la vida.


Según  la  historia, las celebraciones por el día de la madre se iniciaron en la Grecia antigua, en las festividades en honor a Rhea, la madre de Jupiter, Neptuno y Plutón. Pero  el origen del actual Día de la Madre se remonta al siglo XVII, en Inglaterra. En ese tiempo, debido a la pobreza, una forma de trabajar era emplearse en las grandes casas o palacios, donde también se daba techo y comida.  Un domingo del año, denominado «Domingo de la Madre», a los siervos y empleados se les daba el día libre para que fueran a visitar a sus madres, y se les permitía hornear un pastel, para llevarlo como regalo.  Esta celebración se desarrollaba colectivamente, en bosques y praderas.


En 1914, el Presidente de Estados Unidos, Woodrow Wilson, firmó la proclamación del Día de la Madre como fiesta nacional, que debía ser celebrada el segundo domingo del mes de mayo.  La primera celebración oficial tuvo lugar un día 10 de mayo, por lo que este día fue adoptado por muchos otros países del mundo como la fecha del «Día de las Madres».
Sin embargo,  considero que  todos los días son ideales para festejar a las madres, sin importar  la condición  económica y moral,  o si está  viva o no,  usted debe sentirse orgulloso de esa  mujer que  le brindó  su amor  cuando usted más lo necesitó.  Pero si existe un día específico para celebrar a las madres, es porque merecen ser recordadas, como mínimo, una vez al año, todos los años.
Todos tenemos madre y por ende, sabemos el rol tan importante que juegan en nuestras vidas.  Si ya es mamá, comprende perfectamente, todo lo que  ella hizo cuando usted era pequeña y  porque siempre procuró lo mejor a pesar de cualquier  circunstancia.
Hoy si  su mamacita está con usted ¡festéjala!, y si por razones del destino no la tiene cerca, recuérdela con mucho respeto y cariño.

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