domingo, 9 de junio de 2013

La pereza y la humanidad

Por: Julia Damacio.

"Los niños desde pequeños deben saber que tienen derechos, pero que también tiene obligaciones que cumplir".

¡Ay Dios! Sólo yo, sólo yo… ¡Ay Dios! Mi mamá solo a mí me manda… estas son algunas de las frases que los niños y adolescentes exclaman cuando en casa mamá pide un favor o los manda a hacer alguna cosa. En muchos hogares guatemaltecos y en el mío sucede que, con frecuencia los niños están sin ganas de hacer nada, incluso sin deseo de realizar sus tareas escolares.

El Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua dice que: Pereza significa negligencia, tedio o descuido en las cosas a que estamos obligados. Flojedad, descuido o tardanza en las acciones o movimientos. Para que vean como lo relaciono con las actividades diarias de un humano pondré el diario vivir de mi casa como ejemplo.
Tengo tres hermanos menores (un poco perezosos), están en edad escolar, uno de 14 años, otro de 8 y una de 5. Además de mi sobrino que tiene 10. Todos deben levantarse de lunes a viernes a las 05:30 horas.

El punto está en que, no sé por qué razón y de verdad quiero saber, ellos no hacen las cosas rápido. Cuando se les pide un favor hacen como que no escuchan, eso es algo desagradable tanto para mi madre, como para mis otras hermanas. Cuando se les manda hacer algo, primero no lo hacen bien, segundo tardan demasiado. Y un problema aún más grave es el hecho que no les gusta hacer sus tareas escolares.

Con lo de las tareas escolares es un gran, pero gran problema. Debemos estar tras ellos siempre para que las hagan. No lo hacen por voluntad. Hemos hablado con ellos, respecto a que, aunque son niños, tienen responsabilidades y obligaciones. Y una de las principales obligaciones es hacer sus tareas escolares.

En muchos hogares, bueno creo que en la mayoría de hogares en Guatemala, desde pequeños ayudamos con el que hacer en casa. En mi caso, desde que tengo uso de razón ayudo con eso, incluso desde los 8 años lavo mi ropa.

Y no creo que piensen que mis hermanos y sobrino están enfermos, para nada. Mi papá periódicamente les compra vitaminas y se les hace chequeo médico. Y aún así, no existe modo en que ellos gasten sus energías en las cosas que están obligados o que tienen la responsabilidad de hacer.

Lo único que nos falta es consultar a un profesional, ojala él nos de la respuesta del por qué mis muchachitos tienen tanta pereza. Aunque sé decirles que, para jugar no la tienen. Para jugar se pintan solos. Aunque ya se les ha dicho que para todo hay tiempo, ellos omiten eso y quieren jugar a todas horas, incluso cuando no han hecho sus tareas.

Yo sé que esto no sucede solo en mi casa. Existen muchos hogares que padecen del mismo problema, porque ojo, ese es un problema. Los niños desde pequeños deben saber que tienen derechos, pero que también tiene obligaciones que cumplir. Y hay que ser claros al explicarles eso.

Deben comprender que la vida no es sólo jugar, y que para todo hay un tiempo y un espacio. Se debe poner mucha más atención a los niños que tienen este problema. Espero que los que tengan este problema en casa puedan encontrar la forma de solucionarlo, y ayudar a sus hijos o hermanos a que aprendan como deben ser las cosas.

Tampoco se trata de vivir regañándolos o gritarles, porque les juro que esa no es la solución. Por mi parte, en mi caso, tratamos de ponerles mayor atención, que tengan la confianza de hablar con los mayores y que nos cuenten si tienen algún problema o alguna cosa que decir.

Debemos agotar los recursos en casa, y sí ello no funciona, pues buscar ayuda de un profesional. Tratar con niños y adolescentes no es fácil. Pero tampoco imposible. La comunicación es muy importante, es la base de las relaciones humanas. Debemos dar confianza al niño y al adolescente, para que no busque en la calle lo que tiene o puede tener en su casa.

“Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él.”

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