miércoles, 8 de mayo de 2013

Sentir versus Ignorar

Por: Rodrigo Méndez.
 
"A nuestra sociedad actual se le hace más fácil ignorar que sentir…"

Ignorar el sufrimiento de los niños  desnutridos o de la calle, vendedores ambulantes, familias rotas por la violencia y  todo lo que conlleva tener un país tercermundista, es la peor de las perdiciones de nuestra especie humana. 

Como seres pensantes tenemos la capacidad de sentir lo que le pasa a nuestra familia, amigos o incluso a un desconocido que aparece de la nada y nos conmueve con su vida o sus relatos.

Pero,  ¿qué pasa cuando vemos a alguien en la calle con los síntomas de la pobreza extrema?, luego justificamos que eso le pasa  por tener padres irresponsables, ser delincuente, ser prostituta o no haber estudiado.

Hemos ido perdiendo con el paso de los años, las tecnologías, las películas extranjeras y nuestra vida acomodada,  la capacidad de sentir lo que le pasa a los demás, disfrazando nuestro corazón con justificaciones ambiguas.

En el eslabón de  los sentimientos se encuentra la compasión, que en términos de Wikipedia, es la sensación de “sufrir juntos” o “tratar con emociones”. La compasión también es ante todo  un estado donde se entiende al otro.

El Ché Guevara decía en la carta que envió a sus hijos como despedida: “Sean capaces siempre de sentir, en lo más hondo, cualquier injusticia realizada contra cualquiera, en cualquier parte del mundo. Es la cualidad más linda del revolucionario."

Sin el ego de quizás querernos sentir revolucionarios o el hecho de pretender serlo en nuestro país, hay que entender que Guatemala es una nación en donde pasan todos los problemas sociales del mundo.

Como decía el fotoperiodista Rodrigo Abd: “Guatemala tiene todos los problemas de Latinoamérica, sólo que potencializados  por 10”.  Tambien nuestro  país está construido bajo muchos espejos donde nos podemos ver reflejados en cualquier momento. Quien no tiene un familiar, amigo o vecino que sea alcohólico, madre soltera  o que la violencia le haya arrebatado la vida a un hermano.

Como también mencionaba Abd en una entrevista a Plaza Pública, debemos pensar cuantos son los pasos que tenemos que caminar o que inconscientemente llevamos caminando,  para llegar a un estado como el de las personas marginadas de este país.

El hecho no está en darles algunas monedas o por lo menos ahora voltearlos a ver. El hecho más importante estaría en escucharlos un rato, en invitarlos a comer, en exigir que los gobiernos los apoyen.  Entonces empezaríamos con el valor de la “solidaridad”.

Sentir lo que le pasa a los demás hará entender nuestra propia vida, encuentros así nos ayudan a valorar lo que Dios nos da a todos y lo que muchas veces la sociedad nos quita.

No hay comentarios:

Publicar un comentario