viernes, 19 de abril de 2013

Al respecto de la salud guatemalteca

Por: Julia Damacio.



El 20.5% de la población guatemalteca (alrededor de 2.5 millones de personas) no tiene acceso a algún tipo de servicio de salud; la calidad y capacidad para resolver problemas con que cuentan actualmente los servicios públicos son limitadas.   Además, el sistema de provisión de servicios es altamente fragmentado y segmentado, y no existen enlaces funcionales ni separación de funciones entre los diferentes subsistemas.   Lo anterior es factor causal y limitante de la débil rectoría que ejerce el Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social (MSPAS).


Las principales causas de muerte en Guatemala siguen siendo las enfermedades curables y transmisibles, tales como diarrea, neumonía, cólera, desnutrición y tuberculosis. Mientras la incidencia del cólera y el dengue ha disminuido rápidamente en los últimos cinco años, ha habido un aumento significativo en las infecciones respiratorias agudas. Como consecuencia de los cambios graduales en la estructura demográfica de la población, y las variaciones en los hábitos y   los estilos de vida de los grupos sociales, las enfermedades que afectan a la población adulta y adulta mayor adquieren creciente importancia. Destacan las enfermedades crónicas y degenerativas tales como diabetes, obesidad, hipertensión y cáncer así   como la gama de problemas derivados de las distintas formas de violencia: homicidios, violaciones, accidentes, suicidios, afecciones psicosociales.


Mejorar la salud y la calidad de vida de los más pobres es en sí mismo un indicador de desarrollo de una sociedad. Por un lado, una población sana estará en mejores condiciones de realizar tareas productivas, lo que se traducirá en mayor desarrollo para el país. Una población sana también podrá participar más activa y positivamente en el desarrollo social nacional, comunitario y familiar.


Por otro lado,   la relación entre estado de salud y desarrollo económico es en ambas direcciones: una población más sana e incluyente contribuye mejor al desarrollo económico de su país, mientras que un mayor desarrollo económico generará mejores condiciones de vida y más disponibilidad de servicios, todos tendientes a aumentar el estado de salud.


Para la Organización Mundial de la Salud (OMS) el acceso físico adecuado a un servicio de salud es aquél que queda a menos de 60 minutos de viaje. Desde este punto de vista, en Guatemala, existen profundas desigualdades en el acceso a la oferta de servicios. Existen comunidades que no cuentan con servicios primarios cercanos. Esto tomando en cuenta que algunas comunidades están tan aisladas que desconocen la existencia de los puestos y centros de salud, y menos aún que tienen derecho a ese servicio.

Los problemas relacionados con la situación de la vivienda en la ciudad de Guatemala presentan dos situaciones: el déficit de viviendas y la calidad de las mismas. En 1995 se llegó a estimar que el déficit en el área metropolitana era de 195,000 unidades, mientras que el crecimiento anual de nuevas viviendas estaba en 8,000.


Lo anterior nos dice que: la buena salud de un país depende no solo de que se cuente con servicios prontos y gratuitos de salud, sino también de la forma en que viven y se desarrollan sus habitantes, su situación económica y social, entre otras cosas.


Sobre pobreza, la mayor parte de los datos se han generado por medio de estudios socioeconómicos en áreas urbano marginales. 250,000 habitantes del área metropolitana de la ciudad de Guatemala vivían en condiciones económicas altamente precarias (COINAP-UNICEF, 1997). La población indígena es la que más sufre la pobreza y constituye el 63.2% de la población pobre.


La esperanza de vida promedio al nacer es de 67.4 años, siendo más alta para las mujeres (70) que para los hombres (64.9).


En salud existen problemas de calidad, de paridad de género y de pertinencia del contenido de los servicios que se suministran a la población. También entre el área urbana y rural. En la primera, los habitantes tienen acceso a opciones tecnológicas y de personal mejor calificado en tanto que en la segunda, la población pobre sólo tiene acceso a “servicios básicos” y se estima que hasta un 20% no tiene ningún acceso a algún tipo de servicio de salud.


Otra de las deficiencias es la relacionada con la atención necesaria a las características culturales, de género y territoriales del país, sobre todo éste último. Por otro lado, no se ha incorporado los conocimientos, experiencias y prácticas de las poblaciones indígenas.

El Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social -MSPAS- como rector de la salud y en cumplimiento de su mandato constitucional de conducción, regulación y vigilancia de la salud, planteó en el año 1996, la política de salud “Aumento de la Cobertura y Mejoramiento de la Calidad de Atención de los Servicios básicos de Salud, con énfasis en la Prevención y Control de los problemas prioritarios”.


Sin embargo, el sistema de salud no tiene aún la capacidad para asegurar un acceso universal, por lo menos en servicios básicos, a la población en general. La cobertura de los servicios de salud alcanzó sólo un 54.5% de la población total y sólo un 25% de las personas en el área rural, tuvieron acceso.


A tal extremo han llegado las condiciones precarias de los establecimientos de salud, especialmente los hospitales, que los médicos de los hospitales generales han estado manifestando sus protestas, por no contar con medicamentos ni con el equipo mínimo para atender a los pacientes.


Es frecuente observar que los servicios de salud no tienen suficientes medicamentos, ni equipo y tampoco personal para garantizar la entrega de servicios que necesita la población.

Adicionalmente, existen constantes denuncias de maltrato a los ciudadanos, especialmente en áreas rurales. Hay también denuncias que en algunos establecimientos de salud, los médicos envían a los pacientes a sus clínicas privadas. En el caso del Médico Ambulatorio y el Facilitador Institucional, estos llegan una vez al mes a vacunar, pesar niños y hacer control prenatal solamente y no dan atención cuando hay emergencias.


Tal y como se sabe las leyes en Guatemala garantizan el derecho a la salud, por lo tanto, la situación de falta de servicios que se vive en las comunidades rurales es una violación a la ley.

También se debe tener claro que los trabajadores de salud que prestan servicios en puestos de salud, centros de salud y comunidades no son los responsables de esta situación. La mayoría de ellos quieren apoyar a las comunidades pero no reciben los recursos que necesitan por parte del gobierno central y a veces tampoco de las municipalidades. Por ello, las comunidades y los trabajadores de salud deben trabajar en conjunto para hacer que se cumpla la ley y se entreguen los recursos necesarios para que los servicios de salud lleguen a la población rural.


Las comunidades pueden organizarse para demandar el derecho a la salud. Esto se puede hacer a través de comisiones comunitarias de salud o comisión de salud municipal. En caso no sea posible por falta de apoyo de las autoridades, las propias comunidades pueden organizarse para formar un consejo  ciudadano de salud. Las comunidades pueden legalizarse en la municipalidad para solicitar apoyo de ellos o de otras organizaciones que trabajan en derechos humanos.


Una vez realizado esto, las comunidades pueden implementar actividades de auditoría social y rendición de cuentas a los servicios de salud. Estas actividades de participación ciudadana también están garantizadas por la Constitución Política del país y por el Código de Salud.




Todo lo expuesto, denota una innumerable cantidad de problemas que tiene el sistema de salud en Guatemala. Pero si es verdad que se atraviesa por una situación difícil en el tema de salud, la pregunta es ¿cómo ciudadano qué podemos hacer? ¿Debemos quejarnos de cómo se encuentra el sistema? O deberíamos ser parte activa en la búsqueda de soluciones.

Debemos exigir como ciudadanos que el gobierno cumpla con sus obligaciones constituciones, nivelas las ejecuciones de sus proyectos. Brindarle al MSPAS las herramientas que necesita para efectuar la labor que se le tiene encomendad. Que los recursos económicos con los que debe contar ese ministerio no sea disminuido, ya que es uno de los principales y a mi parecer importante. Y a su vez que el MSPAS los utilice con eficiencia.


Que el gobierno se preocupe por mejorar la infraestructura pública de la salud, que sea equitativa, sin exclusión ni discriminaciones. Y sobre todo que los recursos del Estado sean invertidos donde corresponde.


Quiénes más que nosotros, el pueblo, para fiscalizar al gobierno.

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