Por: Jimmy Cárdenas.
“Es
decepcionante ver que las autoridades presentan sus informes donde
indican que el índice de violencia y criminalidad han disminuido en su
gobierno”.
Quisiera
que fuera una pesadilla, una película de terror o algún video juego de
computadora, pero no, es real y verdadero, estamos viviendo días donde
cualquiera mata, donde le quitan la vida a un ser humano como quitársela
a cualquier animalillo, insecto o roedor.
Es
jueves medio día, los disparos interrumpen el silencio de mi aldea, el
llanto contiguo de hombres y mujeres que empiezan a llorar sus muertos.
Desde
cinco meses atrás, vengo viviendo escenas similares, lo único que
cambia son nombres y apellidos de víctimas de la violencia que se vive
en estos tiempos, violencia que aterra al más rudo hombre de mi pueblo.
Según el quinto mandamiento narrado en el libro más leído del mundo (La
Santa Biblia) dice “NO MATARÁS”.
Mandamiento
que miles y miles de hombres han olvidado, quizá no por falta de
estudio bíblico, pero si por moral, por principios y valores que nos ha
enseñado desde nuestros hogares, por la ruptura de una sociedad que se
hunde en su propio barco, una sociedad mala y asesina.
Vivimos
tiempos donde la vida de un ser humano vale menos que unos quetzales,
donde se mata por negocio, se mata por odio al prójimo, se mata por
enviada, se mata por placer.
¿Cuánto
cuesta la vida? En nuestra sociedad sangrienta no cuenta nada, una
sociedad que sufre la peor de la guerras civiles, donde unos con los
otros se matan. Es decepcionante ver que las autoridades presentan sus
informes donde indican que el índice de violencia y criminalidad han
disminuido en su gobierno. GRAN MENTIRA. La violencia está igual o peor.
Antes
en mi pueblo no se derramaba sangre, en mi pueblo no se escuchaban
llantos de dolor por la pérdida de un familiar, pero ahora se escuchan a
menudo. Ya no quiero ver más sangre derramada, ya no quiero ver más
dolor y llanto de mis hermanos, ¡ya no aguanto esta violencia!
¿Cómo
hacer para parar este círculo vicioso? Eduquemos a nuestros hijos, a
nuestros hermanos, primos, tíos, sobrinos, a todos, enseñemosle que la
vida se valora, que la vida es única, enseñemos con el ejemplo,
enseñemos los principios y valores para que sean ciudadanos de bien.
La vida humana es SAGRADA, porque desde su comienzo, es Dios quien la crea. Solo Dios es Señor y DUEÑO de la vida, desde que empieza hasta que termina; nadie, en ninguna circunstancia, tiene derecho a matar a una persona.
Hay que ver la vida como un regalo de Dios y saber que solo Él y nadie más decide cuando empieza y cuando termina. He dicho.
totalmente de acuerdo patojo. la vida ese don precioso que todos festejamos cuando un nuevo ser nace a ella y lloramos cuando finaliza, en estos momentos cuesta menos que nada.
ResponderEliminarEs cierto don Luis, sinceramente es duro ver tanta violencia.
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