Por: W. Jimmy Cárdenas.
Por
aras del destino tuve una visita
relámpago a uno de los lugares
más olvidados de mi linda Guatemala, la Aldea San Juan Los Encuentros, San
Andrés Villa Seca Retalhuleu, es uno de las muchos poblados de la parte baja
del departamento, se encuentra a 229 kilómetros
de la ciudad capital y a 78 de la cabecera departamental.
Mi
estadía en ese lugar fue alrededor de
ocho horas; tiempo que me sirvió para
visitar a más de la mitad de las 60 familias que ahí habitan, entrevistar a
madres, padres y a muchos niños fue una
experiencia para jamás olvidar, por momentos sentía que me encontraba en una
habitación oscura donde solo existen quejas, lamentos y la narración de un sinfín
de problemas socioeconómicos que
viven a diario cientos de personas.
En
medio de estos lamentos sobresalía un gigantesco problema “El sistema de salud” situación que ven con preocupación los
más de 400 habitantes, ya que no cuentan con un centro de salud, pero si
cuentan con una pequeña choza de madera, tapizada de hojas de diarios y con dos
carteles pintados con crayón y letras no bien hechas, dos sillas de plástico y
una incómoda cama con petate, unas cuantas cajas de jarabe para la tos, varias
docenas de pastillas para la fiebre, unos pequeños goteros con medicina para
los ojos y nada más.
A ese
lugar me llevó don Manuel Soto, persona que tiene más de 12 años de colaborar ad honorem
con el Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social de esa jurisdicción. En aquella incomoda choza don Manuel me mostró algunos
medicamentos, los desempolvó un poco y
los tomé con las puntas de los dedos
terminé de quitar el polvo y vi las fechas de vencimiento, como era de esperarse,
la medicina estaba caducada.
Seguí
ojeando cada rincón y pude constatar que me encontraba en un lugar donde cada
objeto que se encontraba ahí estaba adornado de polvo, agitado por el viento que emana las deterioradas calles de terracería y sacudida
por el trasporte pesado de la industria azucarera que circula muy cerca de
donde se encuentra el desdichado “Centro
Permanente de Salud” de aquellas tierras olvidadas.
Mi
charla con don Manuel duró aproximadamente hora y media, pude escuchar muchas
historias tristes de gente que llega agonizando con él, con la esperanza de
poder encontrar algo de medicina para apaciguar el dolor pero lamentablemente
no encuentran el medicamento adecuado.
También
fui testigo de cómo las plagas de zancudos amenazan día y noche a la población,
según relatos recogidos de las personas aseguraron que las jornadas de
fumigación no se llevan a cabo muy a menudo, la enfermedad del paludismo lo ven
común y que hay casos muy seguidos de dengue, que son tratados en el centro de
salud del casco urbano o en el hospital de la cabecera departamental de
Retalhuleu.
Las
enfermedades como la diarrea y hongos en
los pies son las más propagadas, cabe mencionar que en la aldea de San Juan Los
Encuentros no hay agua entubada y que
ninguna persona cuenta con servicio de drenajes, ni recolección de basura,
actividad que sirve para que la proliferación de plagas aumente día con día y
con ello las infecciones gastrointestinales. Según vecinos en ese sector las
autoridades gubernamentales no ejecutan proyectos porque las autoridades locales
(COCODE), no gestionan.
Luego
de ver tanta pobreza y tanto descuido por parte de las autoridades, me retiré
de aquel lugar pero mi mente quedo vagando he imaginándome de lo terrible que es vivir ahí. Me sentí destrozado ya que en pleno siglo XXI haya
gente sufriendo las desigualdades de un país donde pocos tienen y a muchos les
hace falta, pocos gozan y muchos sufren, donde los que tienen el poder se
olvidan de la gente que necesita de un medicamento, donde niños y niñas se encuentran sufriendo males como la
desnutrición crónica donde el 52 por ciento de los niños del área rural sufren
este mal.
Pero la
preocupación más grande que me dio fue saber que los niños con este
padecimiento tienen menor crecimiento corporal, lo cual ocasiona que en los
primeros dos años de vida sufran una pérdida irrecuperable en su desarrollo
cognitivo. Esto repercute en el aprendizaje y la productividad de adultos,
dañando de por vida a un guatemalteco más.
Analizo
y llego a una conclusión, como es que en el MSPAS se manejen millones de
quetzales al año, pero comunidades como San Juan Los Encuentros no haya un
buen medicamento para la población que realmente lo necesita, será por falta de
voluntad política o realmente no hay dinero para apoyar a la gente en el área
rural. Me gustaría que los señores que
tienen el poder y que lo manejan a su sabor y antojo vinieran a vivir por lo
menos unos días a estas comunidades, para que se dieran cuenta como estamos, como vivimos y que se pregunten
ellos si realmente es humano que se pueda vivir sin salud, ¡exigimos que
cumplan con los servicios básicos de salud!
Exelente nota mi estimado, no es sino una radiografia del status de muchas comunidades a lo largo de nuestro pais, comunidades olvidadas porlas acciones gubernamentales que no ven en ellas estimulo alguno para proveerles los servicios basicos minimos, su interes por ellasya paso en la epoca decampañas politicas, ahora son sentenciadas a continuar diluyendo su precario estilo de vida luchando por no morir ni de hambre ni de enfermedades. saludos patojo.
ResponderEliminarGracias Luis Ruano por su comentario, este tipo de trabajo es un poco de lo que tenemos que contribuir todos, denunciar y hacerles ver a las autoridades que estamos olvidados y que necesitamos más atención!!!
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