Por: Albert E. López.
"... si no acceden a la propuesta de compra, en algunos casos son intimidados o si no, se les deja encerrados dentro de las grandes extensiones de este monocultivo".
La
historia de más de 500 años en nuestro país se repite y sigue siendo la
misma, conquistadores despojando de tierras a los mayas y luego la
época de la colonia. Desde luego han pasado muchos años y si algo le
hacía falta a la historia de los pueblos campesinos e indígenas era que
surgieran los terratenientes, apoderándose de las mejores tierras.
En
los últimos años han aparecido los monocultivos (banano, palma
africana, hule, caña) que para poder desarrollar su producción necesitan
varias extensiones de tierra. Ante una política complaciente del
Estado-Gobierno, que facilita todo para que en el caso de la palma
africana, esté despojando de sus tierras a campesinos en indígenas del
norte de país.
Los
relatos de los campesinos que se les ha condicionado para vender sus
tierras a productores de palma africana, son escalofriantes, dado a que
si no acceden a la propuesta de compra, en algunos casos son intimidados
o si no, se les deja encerrados dentro de las grandes extensiones de
este monocultivo.
Al
vedarles el paso a sus tierras o trabajaderos, como una de las primeras
acciones que realizan los productores de palma africana, ante esta
situación a los campesinos e indígenas, no les queda otra que ceder a la
venta de sus tierras, que por años han logrado como patrimonio para sus
hijos.
Los
problemas son varios, pero uno de ellos es que siendo Guatemala un país
productor de granos básicos, cada vez son menos las tierras que están
en manos de campesinos y lo que avizora es que en pocos años, nuestro
país ya no será productor de maíz y frijol, productos básicos para la
subsistencia de familias pobres.
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