Luego
de la espera de 30 años de pobladores del área Ixil, por reclamar
justicia. En Guatemala desde el pasado mes de marzo se lleva a cabo el debate
oral y público en contra de Ríos Montt y José Mauricio Rodríguez
Sánchez, procesados por los delitos de genocidio y deberes contra la
humanidad por su presunta responsabilidad por la muerte de mil 771
pobladores del área Ixil, entre 1982 y 1993.
A
dos mes de haber iniciado el debate oral y público contra el ex Jefe de
Estado. El 08 de mayo el Ministerio Público -MP- solicitó al Tribunal
Primero A de Mayor Riesgo una pena de 75 años de prisión para los
militares retirados José Rodríguez y José Efraín Ríos.
La
pregunta que me he hecho en los últimos días luego de haber tenido la
oportunidad de recorrer varias partes de nuestro lindo y saqueado país,
es... el conflicto armado interno como todos sabemos dejó secuelas de
mucho dolor, dado a las atrocidades cometidas por el ejército, contra
las comunidades del altiplano y de otras partes del país.
Menciono
el altiplano, porque quiero rebobinar un poco la historia de esta
nación, en los 36 años de guerra entre hermanos, el resultado fue que
indígenas campesinos se vieran desplazados hacia las montañas y otros
con un poco más de suerte emigraron a territorio mejicano.
Luego
de firmados los Acuerdos de Paz, en el año 1996, se dio la oportunidad
para que muchos hermanos que se encontraban -refugiados- en México,
lograran retornar a territorio nacional. Lo inaudito de esto es que voy a
mencionar o citar como ejemplo; hermanos campesinos e indígenas de la
Comunidad el Triunfo, Champerico, Retalhuleu.
Varias
familias originarias del área Ixil tuvieron la oportunidad de asentarse
en la comunidad el Triunfo, como parte del programa de retornados luego
del proceso de paz, el lugar -parcelas- fue seleccionado por el
gobierno para brindarles un espacio de tierra para su subsistencia o
producción agrícola. ¿Si alguien se pregunta y esto qué?
A
lo que quiero llegar es que muchos hermanos que nacieron en Quiché y
las causas de la guerra interna los hizo emigrar a otro país, donde
pasado los años se les trae de vuelta y se les dota de tierra, pero con
la desdicha que el lugar escogido ya no es donde nacieron, sino en otro
lugar, donde para empezar el clima es diferente y desde luego las
costumbres de igual manera.
Les
tocó a los hermanos Ixiles, adaptarse al calor de la costa y desde
luego el frío de sus lugares de origen pasó a un segundo plano. Trae
esto a colación los artículos 66 y 67 de la Constitución Política de la
República de Guatemala. El artículo 67 señala “Las comunidades indígenas
y otras que tengan tierras que históricamente les pertenece y que
tradicionalmente han administrado en forma especial, mantendrán ese
sistema”.
Acaso
el hecho de tenerlos o haberlos ubicado en otro lugar no viola derechos
a poder desarrollarse en sus lugares de donde eran nativos u
originarios. La Constitución Política de la República de Guatemala, en
su artículo 04 habla de “Libertad e Igualdad” y por ende reza que no se
menoscabe la dignidad de los ciudadanos.
De
esa otra realidad es la que poco se habla, el poder mediático está
enfocado en el tema Genocidio, pero del daño sicológico que ha dejado a
varias familias campesinas el hecho de sobrevivir en otro ámbito, que no
es en el que nacieron los pueblos mayas, poco se aborda o se habla.
Con
esto dejo claro mi posición que desde luego se debe aplicar lo que
indica el artículo 376 y 378 del Código Penal, a los autores de las
masacres en contra de la población campesina e indígena de nuestro país.
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