Por: Rodrigo Méndez.
La situación de la salud en Guatemala es cada día más compleja debido a la pobreza, la desatención que se ha tenido por parte de los gobiernos y por la misma población que no tiene cultura de prevención.
Un análisis a la historia de Guatemala nos demuestra que el país tiene una inequitativa distribución de la Riqueza. Esto da un parámetro de que el 80% de la población se mantenga en la pobreza y de este el 59.3% en la extrema pobreza.
Estos parámetros nos indican que las causas principales de la crisis en salud están referidas a los factores económicos y socio demográficos de la población. De los cuales se determinan las condiciones básicas como: Nutrición, alta fecundidad, maternidad sanidad habitacional y educación.
El génesis de la crisis en salud se debe a una mala atención a cada uno de las anteriores condiciones básicas de la población guatemalteca.
El país es una de las naciones latinoamericanas, que de acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud Materno-Infantil, tiene una desnutrición a nivel nacional de 43.3%.
Cuatro de cada diez niños y niñas menores de cinco años presenta desnutrición crónica, medida en la relación que se tiene entre peso, altura y edad. Condición que provoca menos retención escolar, menor productividad, propensión a adquirir enfermedades y hasta pérdida del coeficiente intelectual, efectos irreversibles durante toda la vida.
En el tema de la fecundidad Guatemala posee según un estudio de las Naciones Unidas en 2011, una tasa de natalidad de 3.6 hijos por cada mujer en edad reproductiva.
Para las mujeres indígenas, este porcentaje es de 4.5 hijos por cada fémina en edad reproductiva, que sigue colocando al país como el poseedor de la tasa de fecundidad más alta de América Latina.
La tasa de fecundidad que posee el país es reflejo y causa de la pobreza, la exclusión y la falta de acceso de las mujeres a la educación, la atención primaria en salud y la salud reproductiva.
La reducción de la mortalidad materna en Guatemala es analizada como un objetivo de las 5 Metas del Milenio. El país firmó un convenio con Naciones Unidas para la reducción de la mortalidad materna en tres cuartas partes de lo observado en el año 1990 para el año 2015.
Guatemala tiene el compromiso de reducir de 219 a 55 muertes maternas por cada cien mil nacidos vivos. Desde hace 20 años, la reducción de la mortalidad materna ha sido una prioridad dentro de las políticas de salud gubernamentales, lo cual se ha reflejado en diversas estrategias, instrumentos y protocolos de atención.
Lastimosamente cada cuatro años, un nuevo gobierno entra y trata de renovarlas, readaptararlas o hasta cambiarlas. Sin embargo el principal problema sigue siendo la poca asignación de los fondos al presupuesto y a que este no concuerda con la realidad social.
La sanidad y la falta de agua potable desencadenan múltiples enfermedades de la piel, respiratorias e intestinales. El 90% del agua superficial de ríos, manantiales y lagos presenta diversos grados de contaminación fecal y ambiental, mientras que la mayoría de municipalidades no realiza acciones para clorar el agua de consumo humano lo que genera enfermedades transmitidas por agua y alimentos.
En el tema de la educación, en el país no hay una cultura de prevención, la mayoría de personas acuden a un centro asistencial cuando ya tienen desarrollada las enfermedades.
Según estudios el 85% de las enfermedades que padecen las personas, pueden ser atendidas con medidas sencillas y poco costosas. La buena alimentación, instrucción en salud reproductiva, saneamiento básico, inmunizaciones de infecciosas prevenibles, control de peso, ejercicio físico y otros actos de estilos de vida saludables, harían que las personas visiten menos los hospitales.
El gobierno de Guatemala es el principal actor de la salud en el país, a través del Ministerio de Salud cubre un 80% de la demanda, el otro 20% está atendido por el Instituto Guatemalteco de Seguridad Social, IGSS, el Ministerio de la Defensa, Organizaciones No Gubernamentales y la iniciativa Privada.
El presupuesto asignado a esta institución para el año 2013 representa el 1.08% del Producto Interno Bruto. En el tema de la utilización de los fondos, el 60% del dinero asignado se destina a pagar a los trabajadores de la salud, contratistas y a las organiza no gubernamentales que prestan sus servicios. El otro 40% se utiliza en nuevos proyectos hospitalarios, medicinas, mobiliario y equipo médico.
Por lo anterior es imposible funcionar apropiadamente, sobre todo si no se adquieren recursos financieros con carácter urgente para cubrir el 100% de las necesidades identificadas en las necesidades de la salud.
Los hospitales son el reflejo de toda la problemática nacional de salud, la sobrepoblación, la falta de insumos, medicamentos, personal y espacio físico. Esta realidad se ve reflejada a diario en los Hospitales Roosevelt y San Juan, además de los hospitales nacionales como el de Huehuetenango, Totonicapán, Quiché, Santa Rosa, Jutiapa, Baja Verapaz, Suchitepéquez y Quetzaltenango.
A diario muchas personas mueren debido a la falta de atención, negligencia, pobreza, falta de medicamentos y falta de cultura preventiva.
El sistema de salud debe ser reestructurado y tomado como principal premisa de los gobiernos. En estos tiempos enfermarse es más caro que estudiar, para los campesinos es mejor dejar que pase el tiempo y decir: “Que sea lo que Dios mande”, lo que le pase a un familiar, a endeudarse para pagar altas costos en operaciones y tratamientos en hospitales privados.
La educación en cultura de prevención también jugaría un papel importante en la solución de la crisis en salud, desde este punto de vista debe inculcarse en el hogar principios como el ejercicio, la buena alimentación y las visitas constantes a los doctores.
Debemos empezar a exigir un mejor sistema de salud, Guatemala aun puede salir del llamada tercer mundo, como nos catalogan, solo necesitamos una verdadera visión de gobierno y una población dispuesta a mejorar su estilo de vida.
La situación de la salud en Guatemala es cada día más compleja debido a la pobreza, la desatención que se ha tenido por parte de los gobiernos y por la misma población que no tiene cultura de prevención.
Un análisis a la historia de Guatemala nos demuestra que el país tiene una inequitativa distribución de la Riqueza. Esto da un parámetro de que el 80% de la población se mantenga en la pobreza y de este el 59.3% en la extrema pobreza.
Estos parámetros nos indican que las causas principales de la crisis en salud están referidas a los factores económicos y socio demográficos de la población. De los cuales se determinan las condiciones básicas como: Nutrición, alta fecundidad, maternidad sanidad habitacional y educación.
El génesis de la crisis en salud se debe a una mala atención a cada uno de las anteriores condiciones básicas de la población guatemalteca.
El país es una de las naciones latinoamericanas, que de acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud Materno-Infantil, tiene una desnutrición a nivel nacional de 43.3%.
Cuatro de cada diez niños y niñas menores de cinco años presenta desnutrición crónica, medida en la relación que se tiene entre peso, altura y edad. Condición que provoca menos retención escolar, menor productividad, propensión a adquirir enfermedades y hasta pérdida del coeficiente intelectual, efectos irreversibles durante toda la vida.
En el tema de la fecundidad Guatemala posee según un estudio de las Naciones Unidas en 2011, una tasa de natalidad de 3.6 hijos por cada mujer en edad reproductiva.
Para las mujeres indígenas, este porcentaje es de 4.5 hijos por cada fémina en edad reproductiva, que sigue colocando al país como el poseedor de la tasa de fecundidad más alta de América Latina.
La tasa de fecundidad que posee el país es reflejo y causa de la pobreza, la exclusión y la falta de acceso de las mujeres a la educación, la atención primaria en salud y la salud reproductiva.
La reducción de la mortalidad materna en Guatemala es analizada como un objetivo de las 5 Metas del Milenio. El país firmó un convenio con Naciones Unidas para la reducción de la mortalidad materna en tres cuartas partes de lo observado en el año 1990 para el año 2015.
Guatemala tiene el compromiso de reducir de 219 a 55 muertes maternas por cada cien mil nacidos vivos. Desde hace 20 años, la reducción de la mortalidad materna ha sido una prioridad dentro de las políticas de salud gubernamentales, lo cual se ha reflejado en diversas estrategias, instrumentos y protocolos de atención.
Lastimosamente cada cuatro años, un nuevo gobierno entra y trata de renovarlas, readaptararlas o hasta cambiarlas. Sin embargo el principal problema sigue siendo la poca asignación de los fondos al presupuesto y a que este no concuerda con la realidad social.
La sanidad y la falta de agua potable desencadenan múltiples enfermedades de la piel, respiratorias e intestinales. El 90% del agua superficial de ríos, manantiales y lagos presenta diversos grados de contaminación fecal y ambiental, mientras que la mayoría de municipalidades no realiza acciones para clorar el agua de consumo humano lo que genera enfermedades transmitidas por agua y alimentos.
En el tema de la educación, en el país no hay una cultura de prevención, la mayoría de personas acuden a un centro asistencial cuando ya tienen desarrollada las enfermedades.
Según estudios el 85% de las enfermedades que padecen las personas, pueden ser atendidas con medidas sencillas y poco costosas. La buena alimentación, instrucción en salud reproductiva, saneamiento básico, inmunizaciones de infecciosas prevenibles, control de peso, ejercicio físico y otros actos de estilos de vida saludables, harían que las personas visiten menos los hospitales.
El gobierno de Guatemala es el principal actor de la salud en el país, a través del Ministerio de Salud cubre un 80% de la demanda, el otro 20% está atendido por el Instituto Guatemalteco de Seguridad Social, IGSS, el Ministerio de la Defensa, Organizaciones No Gubernamentales y la iniciativa Privada.
El presupuesto asignado a esta institución para el año 2013 representa el 1.08% del Producto Interno Bruto. En el tema de la utilización de los fondos, el 60% del dinero asignado se destina a pagar a los trabajadores de la salud, contratistas y a las organiza no gubernamentales que prestan sus servicios. El otro 40% se utiliza en nuevos proyectos hospitalarios, medicinas, mobiliario y equipo médico.
Por lo anterior es imposible funcionar apropiadamente, sobre todo si no se adquieren recursos financieros con carácter urgente para cubrir el 100% de las necesidades identificadas en las necesidades de la salud.
Los hospitales son el reflejo de toda la problemática nacional de salud, la sobrepoblación, la falta de insumos, medicamentos, personal y espacio físico. Esta realidad se ve reflejada a diario en los Hospitales Roosevelt y San Juan, además de los hospitales nacionales como el de Huehuetenango, Totonicapán, Quiché, Santa Rosa, Jutiapa, Baja Verapaz, Suchitepéquez y Quetzaltenango.
A diario muchas personas mueren debido a la falta de atención, negligencia, pobreza, falta de medicamentos y falta de cultura preventiva.
El sistema de salud debe ser reestructurado y tomado como principal premisa de los gobiernos. En estos tiempos enfermarse es más caro que estudiar, para los campesinos es mejor dejar que pase el tiempo y decir: “Que sea lo que Dios mande”, lo que le pase a un familiar, a endeudarse para pagar altas costos en operaciones y tratamientos en hospitales privados.
La educación en cultura de prevención también jugaría un papel importante en la solución de la crisis en salud, desde este punto de vista debe inculcarse en el hogar principios como el ejercicio, la buena alimentación y las visitas constantes a los doctores.
Debemos empezar a exigir un mejor sistema de salud, Guatemala aun puede salir del llamada tercer mundo, como nos catalogan, solo necesitamos una verdadera visión de gobierno y una población dispuesta a mejorar su estilo de vida.
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